El comercio electrónico es uno de los motores de Internet, como también lo son las redes sociales. Hasta hace pocos meses han ido un poco por separado: las plataformas de eCommerce se dedicaban a vender y las redes sociales a comunicar a potenciales clientes las características de determinados productos y servicios, si bien es cierto que ambos confluían en la estrategia digital del proyecto.
Hasta ahora mi discurso siempre ha sido que las redes sociales no venden, pero comunican muy bien, llegan a quienes tienen que llegar, con impactos que ayudan muchísimo en la decisión de compra, pero la transacción final siempre la hace el eCommerce. Pero Checkout de Instagram ha echado por tierra esta idea y me he visto obligado a cambiar el discurso.
Instagram no es la pionera en introducir el comercio electrónico en las redes sociales; de hecho, hace meses hablábamos de Snapchat, realidad aumentada y comercio electrónico, pero a mi modo de ver, sí es la que marcará un antes y un después.
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