Hace días que quería escribir este post, porque me di cuenta en las últimas semanas de que nuestras acciones y opiniones del mundo offline pasan factura a nuestra reputación digital.
Como bien sabemos, la identidad digital es toda la información que se publica en Internet sobre tu persona, marca o producto. Es la imagen que perciben otras personas de ti. No lo confundamos con la reputación online, que es la opinión que tienen sobre ti gracias a esa información que publicamos.
Lo importante es tener un plan de acción en las redes sociales y cuidar nuestros impactos para poder compartir conocimientos, experiencias y contenidos con nuestra comunidad de seguidores. Paralelamente, también hay que cuidar las interacciones y opiniones en el mundo offline para conseguir una identidad digital coherente. Los dos canales tienen que ir hacia la misma dirección, con las mismas metas y objetivos.
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