Con la crisis, como con todo, cuando hablas, hablas y hablas mucho tiempo de un tema, por muy actual o necesario que resulte, al final nos cansamos de oír reiteradamente el mismo. Por eso, yo no quiero hablar de la crisis, yo no quiero decir que estamos bajo mínimos, yo no quiero decir que no vemos ningún brote verde, ni la claridad al final del túnel, yo no quiero contar que el año que viene puede ser peor que éste, yo no quiero transmitir el aumento constante del paro, no, yo no quiero hablar de esto.
Yo quiero hablar de la suerte de tener abuelos en casa, abuelos generosos que, con sus ahorros y su trabajo, están aguantando las dificultades económicas de muchas familias que los necesitan para llegar a fin de mes. Esta realidad nos lleva a hacer una reflexión: ¿se puede aguantar mucho tiempo esta situación? Yo creo que no. Que los abuelos sean el apoyo de las familias nos dice claramente en qué situación se encuentra la sociedad económicamente, y la repercusión que ello tiene en el consumo.Necesitamos urgentemente un cambio en las políticas económicas dirigidas a favorecer el consumo y la inversión. Necesitamos que las decisiones económicas del Gobierno central vayan en otra dirección y que no nos cuenten más el “cuento” alemán. Necesitamos cambiar a mejor la situación social y empresarial. Se debe generar ilusión y tenemos que tirar hacia delante con objetivos de futuro comunes. Se debe terminar el gris y debemos volver a los colores. Por cierto, no todos los hogares tienen abuelos.
Artículo publicado por Alejandro Goñi, presidente de PIMEC Comerç