Hace unas semanas, como cada seis meses aproximadamente, tuve la suerte de participar como director y tutor de posgrado en las evaluaciones finales de proyectos que los alumnos realizan delante de un tribunal compuesto por directores, tutores e inversores para su evaluación final.
Los alumnos disponen de veinte minutos para presentar el proyecto en público y diez minutos para responder las preguntas del tribunal. Del proyecto realizado, más la presentación en público sale una evaluación final que determina si el proyecto está bien enfocado para pasar a una incubadora o a una aceleradora.
Foto: Fundación CM
Este post fue publicado en el blog de ContuNegocio.es el 18 de Mayo del 2016